domingo, 1 de marzo de 2009

Atenas, entre fantasía y realidad (I)

Traté de buscar a Zeus a través de los cristales. Las escasas nubes y un sol que casi cegaba hacían aquel lugar muy propicio para la morada de quien yo andaba buscando. Como no le encontré, opté por bajar la vista hacia el Egeo, por si acaso Neptuno estaba haciendo de las suyas. Pero no había olas en el mar. Me dio la impresión de que los dioses habían tomado el día de descanso.
Me bajé del avión, he de reconocer, bastante predispuesta a empaparme de la sabia Atenas y, en ese momento, como si en el Olimpo fueran conocedores de mis pretensiones, una suave brisa que acarició mi rostro me dio la bienvenida.
No sé muy bien si guiada por los dioses, la intuición, los sabios o la casualidad, enseguida me vi delante de una inmensa mole de piedra culminada por deslumbrantes columnas de mármol. La emoción pudo más que la razón y a partir de ese instante me abandoné a mi subconsciente para llenarme de realidad y de ficción, de sabiduría y de mitología, para llenarme de Atenas.
Callejeé por la Historia de la mano de grandes filósofos. Fue Aristóteles quien decidió que nuestra primera parada sería el Templo de Zeus. Mientras rodeábamos el templo yo contemplaba atónita cómo los rayos del sol jugaban a colorear las majestuosas columnas, regalando unos matices a la vista que sólo el dios de los dioses era digno de merecer.
Entre ese espectáculo de colores recibí la primera lección del sabio. En un tono extremadamente sosegado me relató cómo las tiranías, es decir, el gobierno, desviaban la atención de los problemas del pueblo construyendo esto que hoy admirábamos. Le escuché atentamente, porque aquellas sabias palabras, que databan del siglo IV a.c., eran perfectamente aplicables a los tiempos de crisis que hoy azotaban nuestro mundo.
Con la primera lección aprendida, recorrimos los 500 metros que separan el Templo de Zeus de la Acrópolis.





3 comentarios:

Fran dijo...

Ains que semana aquella! Los dioses estaban con nosotros en todo momento para que no nos pasara nada, de eso estoy seguro :D
Pero este viaje seguro que nunca se nos olvidará. Fue irrepetible! :D

Unknown dijo...

Perdona chavalín, pero los Dioses estabamos en Vinařská estudiando como cabrones... y también fué irrepetible (...)

Asosmania dijo...

por supuesto y como cabía esperar, secundo a Carles!

^^